Boda de plata

Linterna Roja



Cierra la puerta con el pie mientras le desnudo
de un golpe.

A tientas,
su pene me roza el vestido y lo mancha. Pasos por el pasillo, 
mojo uno de mis dedos y se lo paso por el glande.

Me sube la ropa hasta la cintura y acaricia mis nalgas.
Se frota, me besa.

Huele a acero.

Bajo antes de llegar a la cama.
De rodillas, le huelo los cojones,
chupo su polla: se corre.


Las luces no funcionan. Pasos por el pasillo.
Ya suda.
Me coloca sobre un cojín en el vientre y separa mis nalgas con sus manos.

Besa y
lame justo en medio.

Dice que está rico.

Dibuja un semicírculo con la lengua, recorre la raja hasta que se pierde. Muerde la carne, la muerde, coge aire, la penetra con su lengua dura y con sus dedos.

Alterna: dos y dos.
Saliva, salivo.
Me folla despacio.
Me corro con la boca abierta.

La vuelta, cariño.

Su pene me roza la barriga y la mancha.
Pasos por el pasillo, me mojo un dedo y se lo paso por el glande.

Aprieta mis nalgas y las marca con sus dedos.
Fuerte.
Se frota, me besa.


Huele a acero.


Le mamo los cojones,
la polla, subo a ella: me corro.

Las luces no funcionan. Pasos por el pasillo.
Sudo
y le coloco un cojín bajo el vientre. Separo sus nalgas con mis manos.
Beso y le como justo en medio.

Está rico.

Dibujo un semicírculo con la lengua, recorro su raja desde las pelotas hasta que se pierde. Muerdo la carne -la muerdo- cojo aire, le penetro con mi legua dura y con mis dedos.

Alterno: dos y dos. Saliva, salivo.
Le follo. Se corre con un gruñido lento y

me despierto…


sola

en la cama.
Me despierto desnuda, despierta, sin cubrir y cierro los ojos de nuevo.

Vuelvo al sueño: me lo acabo.

Amanecemos él y yo despiertos. Las sábanas se han perdido durante la noche.
Me tiene envuelta con su propio cuerpo. Sus rodillas rozan mi espalda y su mentón descansa sobre las mías. Ha metido el brazo entre mis piernas y alcanza mi nalga con su mano.
La acaricia. Estoy irritada.

Abro los ojos. Sola en la cama me despierto. Miro al televisor y recuerdo que ayer me dormí mientras veía esa película.

Y allí,
soñé bonito.
Soñé un sueño húmedo.
Sueño contigo.


Eric Fischl. Motel, 1984.

2 comentarios:

mis largos pies dijo...

bueno, linterna, aquí te treves a cosas que no te atrevces en tu blog. Eso es, buscar los rincones de libertad, qué bien! Besos y gracis por compartir.

Anónimo dijo...

Yap.

Es que lo lee el viejo todas las mañanas con su primer café...
y yo soy una niña buena.