Diez de los 200 moteles

Carlos Zerpa



Diez Moteles en los cuales metimos las narices. Eran 200 los de Frank Zappa, pero no pudimos visitarlos todos por cuestión de tiempo:

1- En el primer Motel, los lavamanos de un verde agua, tiene dos llaves como todos los lavamanos, una para el agua fría y otra para la caliente, pero en este baño de Motel, una llave tiene escrita la palabra “HOT” y la otra “RATS”. Nos enteremos de que quién lo regenta es “El Capitán Corazón de Bistec” y que a él, a media noche y junto a sus carnales “El Pachuco Cadaver” y “Willie the Pimp”, cantan a grito herido no dejando dormir a nadie, “Standin' onna porch of the Lido Motel. Floozies in the lobby love the way I sell: HOT MEAT, HOT RATS, HOT ZITS, HOT CHEST, HOT RITZ, HOT ROOTS, HOT SOOTS.”

2- El segundo Motel tiene todo el piso lleno de sandías abiertas, tomates aplastados y zanahorias desparramadas, de un rojo impresionante… Los Mothers, vestidos de señoras, nos invitan a entrar gentilmente. También aparecen por las puertas de las recámaras: nosferatus, monstruos, momias, vampiros, engendros del mal, Jimi Hendrix (en vivo) Nostradamus y seres bizarros en un paisaje tenebroso de tormentas eléctricas que se divisa por la ventana principal. Cuando le preguntamos a los dueños del lugar (vestidos de señoras), ¿de qué se trataba todo esto?, ellos responden: “We're Only In It For The Money”.

3- En el tercer Motel, justo al entrar en una sala toda pintada de amarillo Nápoles, nos encontramos con un gran sofá de cuero rojo, majestuoso. Ese sofá rojo que prácticamente vuela, va acompañado de una insólita galaxia de planetas, estrella y asteroides… Sobre el muro, una leyenda escrita con una tipografía casi gótica, nos alerta: “Diván, diván… Wisst du wer ich bin…” Una mano izquierda refinada, con el dedo meñique alzado pinta una nebulosa con un pincel lengua de gato, otra mano sostiene o coloca en el firmamento una luna que es cuarto creciente, otra mano con el dedo índice, hace girar rápidamente a un planeta que me recuerda a Saturno con su anillo; otra mano en un primerísimo primer plano, con un pequeño tatuaje de una cruz radiante, una cruz con tres líneas que representan: al padre, al hijo y al espíritu santo, llamada "Pachuco Cross"… Otra mano que sostiene un Habano humeante, hace ver que es la diestra del mismísimo creador. “One Size Fits All”, que para nosotros es un “Talla Única”. Nada que ver este “SOFÁ” con los Simpson o más bien todo que ver del genial Matt Groening con Zappa, porque Matt afirma que: “Frank es mi Elvis”. En la pared de la derecha está colgado un “Yellow Shark” realizado en madera tallada, suerte de tiburón amarillo, que en realidad es un pez espada yellow con una mancha roja, de sangre en la boca. El propietario del Motel está enfadado pues las toallas pasan misteriosamente de las habitaciones a las maletas de los músicos. Levemente pudimos escuchar que de uno de los cuartos salía el sonido de un viejo rock'n'roll. ¿Johnny “Guitar” Jakson?

4- En el cuarto Motel nos percatamos de que la mesa de banquete sobre el mantel tiene ya las servilletas de tela de color negro dispuestas y el plato principal del Menú era “Tuna Sandwichees”. Otras comidas engalanaban la mesa: Panquecas de la “Electric Aunt Jemima”, ricas salchichas, las “Iron Sausage”, muchos Muffins, puré de “Potato Headed Bobby”, pescados de “Thing Fish” y la espectacular “Suzy Creamcheese” diciendo muy coqueta "Are Hung Up???", mientras se limpiaba su boquita con una "Black Napkins".

5- En el quinto Motel, el que nos abrió la puerta fue un enano muy parecido a Ringo el de los Beatles, pero con bigote y perilla a lo FZ. ¿Era Ringo o era Zappa? Luego “The Mothers” comenzaron a tocar "Mystery Roach Motel". Al encender todas las luces, cual si fuese un set de filmación, entendimos de qué se trataba. Una jirafa de peluche perforada con una manguera y un difusor industrial de nata batida se encendió y reventó su culo. Un amigo se acercó detrás de ella y apretó el botón y de inmediato teníamos esa cosa cagando nata batida por todo el vestíbulo, nos dimos cuenta de que ellos estaban continuando las olvidadas tradiciones de las experiencias Da Da del gran Tristan Tzara… “Cuanto más absurdo, más nos gusta”…

6- En el sexto Motel abre la puertas un científico loco de lentes de aumento gruesos cual lupas, y quien se mueve en medio de gramófonos, herramientas, carátulas de discos de vinilo (Uncle Meat), libros, revistas, frascos repletos de tuercas, cajas llenas de mil cachivaches, un gramófono donde suena un vinilo negro con aquello de: “Where did they go when did they come from”. Estantes en donde también hay un papiro con jeroglíficos egipcios, un libro de cocina etrusca, un mapa vial de Delaware de la Esso, un dibujo-diagrama de una ametralladora que en vez de tener cañón, tiene una pierna de muñequita de plástico que solo sirve cual vibrador, para masturbar jirafas, je, je, je… Justo en esa biblioteca hay una maceta hecha de una vieja lata en cuya tierra abonada crece una planta de hojas alargadas, que en vez de frutos da ojos, según el Shenkel, una “Ecu dama puckered rictus” de seis ojos, que miran en todas direcciones. Ojos como pelotas de ping pong con sus irises de color azul.

7- En el séptimo Motel hay dos vacas al entrar, más bien parece un establo. Todas sus paredes están recubiertas de cuero, de “Leather”…Una de ellas era la vaca con la que salió Zappa en la película de los Monkees. La otra vaca tiene una mancha en forma del mapa de Italia. Al fondo se escucha un sonido aterrador que no era el conocido muuuuu de las vacas. Al asomarnos nos dimos cuenta que era el rinoceronte Rihno de FOO-EEE, con su pinza de ropa en la nariz. El dueño del lugar aparece con una mopa y la cara pintada de negro, y nos aclara que ese lugar no es un establo si no un Motel Garage, el JOE'S GARAGE MOTEL At the Gas Station.

8- El octavo Motel parece un iglú, las paredes hechas con bloques de hielo y el piso con una gruesa capa de hielo molido. De verdad hace frio adentro. Apenas entramos nos ofrecen “raspados” de hielo color amarillo, conos con nieve amarilla. Pasea por el lugar hay un huskie-weewee, un pingüino en bondage, un pingüino de plástico que como una bala atraviesa un aro de fuego y una foquita baby-seal que nos dice al oído, que casi nos susurra: “Don’t eat the yellow snow”.

9- En el noveno Motel tienen en medio de la sala un piano de cola color negro. De ser blanco pensaríamos que es el de Lennon para tocar y cantar “Imagine”; pero no, éste es negro. Vemos también con sorpresa cómo por la ventana se asoma el gorila King Kong, mientras un violinista muy parecido a Jean Luc Ponty aparece tocando y el gran simio sonríe. Los músicos con caras de perros de Rubén & The Jets hacen aparición junto con un enorme poodle teñido de rosado, “Evelyn, A Modified Dog”. Evelin, ese perro que no es perro sino más bien una puercoespín hembra se afeita la barba con la comadreja-afeitadora de “Weasels Ripped My Flesh”, mientras King Kong sólo dice Arf ,Arf. Tan solo falta que el piso esté todo recubierto de corn flakes, pero esto solamente se daría si el piano fuese blanco.

10- El décimo Motel (último de esta visita dominguera) es todo una caja de sorpresas. Al entrar nos reciben con el grito: Hi ho Silver! En la pared principal podemos ver un letrero pintado con carbón que dice: “Who Are The Brain Police?” La señora que nos abre la puerta nos habla en alemán pero al ver que no le entendemos nada, nos aclara que el alemán es un idioma importante, porque es el que utiliza Dios para hacer negocios. Su esposo es una especie de Gurú con una bola de cristal que al vernos pretende vendernos su “Cosmik Debris”. Nos damos cuenta que la “Torture Never Stop” en este lugar recubierto todo, completamente todo, de plastilina… muebles, paredes y objetos. Al ver con detenimiento al Gurú nos damos cuenta de que es Bruce Bickford. Repentinamente se abre una puerta y aparece un hombre enloquecido gritando: ¡Hola, chicos y chicas, soy Jimmy Carl Black, soy el indio del grupo!

Gracias a Dios que Zappa nos garantizaba que visitar estos 200 Moteles NO provocarían condenación eterna en aquel lugar regentado por un tipo con Cuernos y Tridente… PERO CASI.

1 comentario:

Claudio Lopez dijo...

-muy interesante redaccion jeje, no habia leido nada similar.
La verdad es que una Bala vibradora me haria mas feliz ahora mismo.